
Educadores discuten la importancia de la educación para la convivencia en México
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En tiempos convulsos, el encuentro con el otro se vuelve una necesidad. Ese fue el punto de partida de las y los educadores y acompañantes académicos que participaron en el diálogo La educación para la convivencia en las instituciones de educación superior, que tuvo lugar en la IBERO Puebla.
A este espacio dieron la bienvenida la Mtra. Niza Gutiérrez Ruiz, coordinadora de la Licenciatura en Educación de la Universidad Jesuita, quien remarcó que es “un tema que en la actualidad es de suma importancia”, y el académico del Departamento de Humanidades, el Mtro. Vicente Hurtado Herrera.
El académico explicó que “en este encuentro con los otros, con las otras, hay muchos intereses, emociones, búsquedas, que hacen de la convivencia entre las personas una tarea por construir día a día. Una convivencia que nos humanice a todos y todas en el tiempo que vivimos, con sus grandes expresiones de una convivencia conflictuada que muchas veces detona en el encuentro humano violento”.
Por su parte, el Dr. Héctor Miranda Anzá, director colegiado del Instituto Interamericano de Paz y Reconciliación, afirmó que ese encuentro con la otredad desde la educación para la convivencia “hoy se hace más urgente porque nos estamos dando cuenta de que esta actitud del ser humano como el dueño de la creación […], está generando complicaciones muy graves. Para poder impulsar un modelo diferente se requiere incluir un paradigma del cuidado”.
El Dr. Miranda Anzá detalló que en este contexto nace la individualidad, pero no es una casualidad, pues “pareciera que la vida es supervivencia. Es un mensaje muy fuerte, sobre todo para las juventudes. La vida implica sobrevivir, y sobrevivir en competencia con otro. Si yo estoy compitiendo con otros, es difícil que yo pueda confiar en ellos, porque podrían superarte y ahí hay un aislamiento”.
“Urge impulsar en la convivencia en cualquier espacio, sobre todo los escolares, un paradigma del cuidado, una ética del cuidado”, concluyó el especialista, y con esto dio paso a las acciones y metodologías que otros académicos y especialistas han tomado para atender a este panorama.

La Mtra. Daniela Nava Romero, coordinadora de Igualdad, Cultura de Paz, y Derechos Humanos en la Unidad de Igualdad de Género (UIG) en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), abordó cómo las acciones realizadas desde su división buscan enfrentar diferentes problemáticas. Se ha observado normalización de la violencia, falta de espacios de diálogo y escucha activa, poca formación en resolución de conflictos y la desconexión entre estudiantes, docentes y administrativos. “No existe comunidad”, resumió.
Así, con la construcción de acciones conjuntas se impulsa la construcción de paz, las universidades generan esquemas de integración y convivencia que generan un piso básico de armonía en cualquier ambiente. Para la Mtra. Daniela Nava, es necesario “seguir creando comunidad como una forma de estrategia, a efecto de que, al crear comunidad y pertenencia universitaria, las situaciones de violencia disminuyan, y también el tema de la cultura de paz sea un poco más de fácil de poder permear”.
El Dr. Ángel Valdés Cuervo, académico del Instituto Tecnológico de Sonora, complementó las visiones anteriores con el concepto de la ‘ciudadanía digital’, un aspecto que también abarca otro ambiente fundamental para las juventudes como son los espacios virtuales, y del que también surgen las bases de la convivencia.
En la ciudadanía digital “se promueve el desarrollo de actitudes y valores que le permiten al individuo ser parte de una comunidad, lo que implica que de manera responsable ejerza sus derechos y cumpla con las obligaciones que tiene para sí mismo y para otras personas en la sociedad en general”, explicó el académico.
La Dra. Galilea Cariño Cepeda, directora del Defensoría de Derechos Universitarios (DDU) de la IBERO Puebla, cerró este importante espacio de conversación y diálogo con las acciones que se han realizado desde la Universidad Jesuita, y que han impulsado la convivencia desde la construcción de esperanza.
“Construir la paz cotidiana tiene también muchas condiciones exigentes. En ese sentido, pensar en que se trata de un proyecto transversal, formativo, que debe estar guiado también por autoridades y por docentes. No es solamente el proyecto de construcción de paz el que se describe a partir de un programa específico, sino que de este hacemos parte muchas personas de las comunidades institucionales”, concluyó la Dra. Cariño Cepeda.